El reino de la conciencia

Me dijo el hierofante
¿Si tú entregas la cabeza, quién puede cortar tu cabeza?
Ya no hay nada que dañar

Lo que no es prescindible es aquello que,
me descubro sosteniendo en el hueco de mis manos en medio de la tormenta.
Eso que he cuidado con suavidad pero con fuerza, eso es lo más precioso,
Me materno y me digo:
sin perder la calma, deja que todo se caiga.

Sostengo lo esencial.

Tres pájaros reales
Han unido el cielo con la tierra
Han movido sus lenguas han abierto sus bocas
Han encontrado el sonido y han vibrado en él
Y por miles de días y miles de noches han pendulado entre el olvido y el recuerdo

Ellos saben que lo que digan tiene una resonancia,
el universo está a merced de sus palabras.

He pintado el rayo dorado que nos atraviesa de la totalidad
y el origen, hacia a la creatividad de la tierra.
He pintado el infinito completo. Así lo he sentido.

Entraba una pequeña niebla por la ventana.

Me he sentido volátil, separada.
He sentido que deje al menos parte de mi cuerpo en algún lugar.
Se ha dormido mi instinto, y todas las almendras dulces han perdido su sabor
Entonces, de vuelta, entro una pequeña niebla por la ventana,
Me susurro:
Ve al lugar donde el fuego nace

Había una mujer entre las plantas del jardín, no sé cómo ha entrado,
Una mujer pequeñita, entre las begonias, entre los crotos.
Me miraba con una mirada blanca,
Traía una verdad infinita, como un acto de rendición.

Manifiéstate, crea espacio en tu mente neutral

Mira el flujo,
Reconócelo Respira
Y
Síguelo!

deja que salga lo que tiene que salir
de la oscuridad hacia la luz
de la forma a lo informe

¡Wahe guru!

El reino de la conciencia

Flor Meyer
Textos: Flor Meyer
Curaduría: Delta Espacio

Inauguración: 5 de Diciembre

Visitas:
Salta 2972 Of. 8
Miér. a Sáb 17 a 20 hs.

Concertar cita previa al 3425021834
o vía mail: hola@deltaespacio.com.ar
Capacidad limitada sujeta a protocolo Covid -19

Próximamente, obra disponible en Tienda Flama

Flor Meyer – Bio

Nací en los 90 ́en Tucumán pero viví siempre en ciudades de rio en la provincia de Santa Fe.

Estudié Comunicación Social en la Facultad de Ciencias de la Educación perteneciente a la UNER en Paraná. Posteriormente me mude a la ciudad de Rosario donde me formé en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario realizando la Licenciatura en Bellas Artes y llevando adelante la especialización en Teoría y Crítica.

Actualmente mi investigación aborda los saberes ancestrales, los rituales como ceremonia y reunión, las vidas transgeneracionales y la psicomagia, trabajando como categoría experiencial la noción de cuerpo consciente, energía y naturaleza. Me apoyo en las tecnologías sagradas de kundalini y el naad yoga. Mi práctica de investigación y taller se ubican en el paisaje del litoral.

Un pequeño jardín

Un día un demonio se posó sobre mí y me llevo
a una profundidad oscura.
De un espacio desconocido una voz me pregunto:
qué es lo peor que puede pasar

Entonces me deje morir

Te propongo querida hermana el inicio de un viaje que te llevará a encontrar un tesoro infinito, tu pequeño jardín. Este viaje lo inicias entrando a la cueva de la oscuridad, dejas atrás tu férreo control sobre las cosas y caminas hacia el mayor miedo. Todos los caminos del héroe comienzan así.

A medida que vayas adentrándote te encontraras con un tipo de viento que es como un animal infinito, tienes que saber que es suave pero persistente, y esa persistencia intentará una y otra vez que tu demonio se vuelva a posar sobre ti. Aprovéchalo. Y vuelve a intentar. Eso te enseñará la humildad más grande, la que comienza desde ti.

Recuerda que para poder acompañarte a ti misma es necesaria una actitud de gentileza y gratitud hacia la vida. Recuerda que en la transformación eres sagrada,

Eleva tu claridad
Agudiza tu escucha
Construye tus cimientos
Se dócil
Déjate caer, para recordar cómo es volver a levantarte.

Honra tu proceso,
Haz una reunión con todos tus dones y celebra la singularidad topográfica de la oscuridad. Invita a tu familia del corazón. No debe faltar el intercambio:

El fuego padre, milenario, dándonos la clarividencia, la alquimia de la transformación y la tibieza para la noche fría.

La tierra madre, primitiva, sosteniéndonos en sus brazos, dándonos la creatividad de la vida, la dulzura de los olores y sabores, enseñándonos el ciclo del amargor del fin.

El agua hermana, tranquila como un lago e incontrolable como una tormenta, compañera arrulladora que sabe de vidas pasadas.

El aire hermano, con la sabiduría de la vibración, mensajero de todos los animales, plantas, montañas y ríos.

Cuando nazca en el centro de tu corazón un pequeño brote, silencio entre pensamiento y pensamiento, no lo desatiendas, invoca la sutileza y el amor, este es el comienzo de tu jardín. Dale fuego, dale tierra, dale agua, dale aire. Ahora eres tu maestra.

Cuida tu pequeña presencia, déjala crecer

Muere siempre que sea necesario, haz un duelo por quien fuiste, déjate ir, prende una vela, haz un pequeño hoyo en la tierra, entierra una flor; y vuelve a tu pequeño jardín. Baila, amplia tú alma, canta, eleva tu pecho.

Conserva la fuerza sutil de la escucha como tu primer poder, conecta con tus cimientos, y vuelve a tu pequeño jardín.

Durante tus días recuerda construir un tiempo de refugio, la meditación. Y como un animal que hiberna, reposa. Junta las palmas de tus manos junta las palmas de tus pies, fricciónalas entre ellas, genera energía para ti misma. Respeta los tiempos de retraimiento, incentiva la escucha, resalta un movimiento y una forma, crea un contraste.

Recuerda, olvida, recuerda, olvida, recuerda; y vuelve a tu pequeño jardín.

Siempre busca en tu memoria sensible y cuando el viento de las alturas profundas regrese, ten autodisciplina, esa que se sostiene desde tu corazón, vuelve a recordar antiguas resonancias, las más primitivas, ríete con el demonio que se posa sobre ti y siente el maravilloso estado de presencia: tu pequeño jardín

Con amor, Flor

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